Este antipatrón ocurre cuando se migra un sistema existente a una infraestructura distribuida. Un Autogenerated Stovepipe surge cuando se convierte las interfaces existentes en interfaces distribuidas. Si el mismo diseño se aplica para cómputo distribuido, un número de problemas emergen.
Por ejemplo, las interfaces actuales pueden usar operaciones de grano fino para transferir información que puede ser ineficiente en un ambiente distribuido. Las interfaces preexistentes suelen ser implementaciones específicas y causarán interdependencias de subsistemas cuando se usan en sistemas distribuidos de gran escala.
Las operaciones locales a menudo poseen varias asunciones al respecto de la locación, incluyendo direcciones y accesos al file system local. Puede surgir un exceso de complejidad cuando múltiples interfaces existentes son expuestas a lo largo de un gran sistema distribuido.
Solución
Cuando se diseñan interfaces distribuidas para sistema existentes, las interfaces deberían ser rediseñadas. Por separado, debería ser considerado un modelo de objeto menos detallado para las interfaces distribuidas.
La funcionalidad de interoperabilidad usada por múltiples sistemas debería ser el centro de diseño de las nuevas interfaces. Un diseño independiente de un subsitema en particular puede ser logrado a través de una arquitectura mínima. La estabilidad de las nuevas interfaces es muy importante, dado que el software compilado por separado será dependiente de estos nuevos diseños.
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